La manifestación del 8 de noviembre en contra del
gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tuvo muchos centros de confluencia,
la zona aledaña a la Plaza San
Martín en Capital Federal fue una de las más concurridas.
Tomás Vicel
Alumno del Taller de PDI
La línea Mitre viene llena, el tren dejó atrás la
estación Lisandro de la Torre
y parece que nadie se bajó, hamacándose se acerca cada vez más a Retiro, son
las 20:40. La movilización debe haber empezado hace un tiempo ya. Ramos Mejía
se convierte en Maipú después de Libertador y siguiendo esta ruta se llega a la
Plaza San Martín con sus hoteles Marriot
sus edificios de American Express y sus locales de ropa y carteras. En Plaza
San Martín funcionó la última plaza de toros de Buenos Aires por el 1800 hasta
la prohibición de esta práctica en 1819, antes de que San Martín juntara allí a
su tropa de Granaderos a Caballo.
Como toros, en manada, o como Granaderos, marchando,
vienen desconcentrándose de la 9 de julio los manifestantes, caminan por Santa
Fe empuñando banderitas de plástico celestes y blancas y carteles enrollados.
Algunos se detienen a responder:
-Vengo a la marcha a protestar contra el gobierno
actual, por todo, por la forma que tienen de gobernar. Es la segunda vez que
vengo a una marcha la otra también contra el gobierno.
-Vengo porque no estoy de acuerdo con este gobierno.
Me parece que es un gobierno que no es democrático, que abusa del poder. La
verdad hay una lista enorme, son muy corruptos, me parece que tienen un rencor
enorme, miran los 70 y no miran para adelante, necesitamos construir un país
que mire el 2020, que mire el 2030, no podemos seguir viendo el pasado y bueno
después lo que a todos nos pasa, inflación inseguridad- afirma un hombre de
unos 40 años que lleva un cartel que dice “NO A LA
RE RE” en la mano.
-Lo que más me preocupa es la inflación pero bueno eso
es circunstancial no es lo que más me preocupa, lo que más me preocupa es a
dónde vamos, terminar en ser Venezuela, no me gusta ser Venezuela no quiero ser
comunista- afirma el mismo hombre mientras se aleja caminando de la
manifestación.
En 9 de julio el gentío se hace mayor, están
concentrados en la “avenida más ancha del mundo” y si bien vienen dispersos,
cada cual caminando a su ritmo, la ocupan a lo largo. A siete cuadras está el
Obelisco y allí se ve la mayor concentración de gente. Hay personas de todas
las edades, unos cuantos grupos familiares enteros. Llevan jarritos de metal
que golpean con cucharas, cacerolas, cornetas y cualquier elemento que les
sirva para hacer ruido. Algunos tienen carteles manufacturados otros llevan el
que tenía el hombre de cerca de 40, el que dice “NO A LA
RE RE”, estos fueron repartidos, me
confiesa una señora a la que le pregunto si conoce las siglas OTR que firman el
cartel:
-No me interesa quién lo hizo, me interesa la consigna
así que no me interesa quien la firma porque comparto la consigna, puede ser la Universidad de La Plata que también esto de acuerdo- Esta señora en
particular se asombró al ser anoticiada que las preguntas que se le hacían eran
para la Universidad
de La Plata
“porque ustedes son re K y son intolerantes” afirmó. Nadie supo contestara qué
significaban las siglas OTR del cartel y desde este medio tampoco pudimos
identificarlas.
Los jóvenes son los más recelosos a la hora de
contestar preguntas, prefieren no hacerlo, se sienten incómodos al ser
abordados con el reporter en mano y esgrimen que están apurados que no pueden
contestar, sin embargo un estudiante de economía y una joven de unos 20 años
acceden, como todos sin dejar de caminar:
-Me acerqué para protestar contra todo lo que está mal
de este gobierno, osea, la inseguridad, varias políticas económicas que estoy
en desacuerdo, entre otras el cepo al dólar pero están aumentando el gasto
público sin consideración mucha desinversión en todo lo que es servicios. Me
parece que están afectando mi futuro, yo tengo 19 años, por ahí ahora la gente
no se da cuenta pero se está dejando pasar una oportunidad muy buena, entonces
todas las medidas estas se van a ver a largo plazo como afectan al país.
-Nos enteramos por las redes sociales y nos acercamos
porque Cristina es una…-una amiga la interrumpe y comienza ella a hablar- No,
nos acercamos porque estamos en contra de la re re-elección, estamos en contra
de que no podamos salir a la calle, no podamos usar el transporte público sin
que se rompa, queremos vivir en paz, queremos salir a la calle y que ande todo
bien. Que no se divida a la gente, que tipo, que no sea bardear la otra parte o
siempre atacar a la otra parte sino que al revés, buscar algo que deje
contentos o contente a la mayoría.
Una pareja de unos 50 años lleva un cartel que llama
la atención “Cristina queremos alimentar a tus hijos, no a los tuyos” dicen que
no tiene nada que ver con la Asignación
Universal por hijo pero la inscripción no deja de ser
llamativa.
Como los toros, y no como los granaderos, esta masa de
gente marcha sin un rumbo, nadie cree en otro candidato político o no reconocen
creer en ninguno, algunos tienen cierta simpatía por el PRO de Mauricio Macri
pero tampoco se los nota seguro, abunda la desilusión y el escepticismo, para
estas personas la clase política parece ser toda igual. Tal vez esa es su gran
diferencia con el sector al que se oponen, la falta de un modelo superador que
los englobe, la falta de una propuesta alternativa. Como los toros dan cornadas
sin rumbo, se pierden por las calles aledañas a la
Plaza San Martín y si bien son de la misma
especie no son lo mismo, parecen cegados por la ira, parecen perdidos.
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