Cada vez estoy más seguro. Y más cuando leo -y ahora comparto- experiencias de colegas que no necesitan las mezquindades de los medios (pequeños, medianos o grandes) para hacer el "auténtico periodismo". El verdadero. Aquel que trasciende y transforma. Estoy seguro que se puede. Estoy seguro que también tendrá consecuencias en la vida de las sociedades que nosotros nos animemos. También estoy seguro que tiene que haber talento, trabajo y esfuerzo. No es para nada una tarea sencilla. Como bien lo dijo el maestro Ryszard Kapuściński: "Nuestro
trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en
un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. Día tras día, tenemos
que estar pendientes de todo esto y en condiciones de prever el futuro. Por eso
es necesario estudiar y aprender constantemente". Acá, un ejemplo: Álex Ayala Ugarte (foto). Un ejemplo de alguien que se atrevió a soñar.
Pero soñó que la mejor manera de contar un "trabajo de largo aliento" sería en formato libro. Pero el libro requiere de dinero. Dinero para costear los costos fijos. Costos que analizó y decidió financiar con plata de los futuros lectores. Lectores que se iban enterando del proyecto por la web http://www.verkami.com/projects/1139-los-mercaderes-del-che-y-otras-cronicas-a-ras-del-suelo. Una especie de caja de ahorro virtual o compra anticipada y cooperativista. Había que juntar plata (Euros) para que saliera a la luz "Los mercaderes del Che y otras crónicas al ras del suelo". Para materializarlo acudió al método de "crowdfunding" (una forma directa de financiar proyectos con la suma de
aportaciones individuales http://www.verkami.com/page/about).
El propio Alex se tomó el tiempo de escribirlo y acá simplemente lo pego: "Gracias a la colaboración de todos vosotros, Los mercaderes del Che y otras crónicas a ras del suelo podría convertirse pronto justamente en eso: en un libro. En una obra con trece historias reales, hechos insólitos y decenas de personajes interesantes, como un rey negro que vive humildemente en un pueblo de Bolivia, un anarquista español
que estuvo preso buena parte de la Segunda Guerra Mundial en un campo
de concentración nazi y que después emigró a América Latina para iniciar
una nueva vida alejado de la "civilización" o unos reos que se vieron obligados a custodiar su propia cárcel. Estos trece textos, que presentaré más adelante, tienen además una cosa en común: son locales pero con ingredientes que los vuelven universales. Es decir, hablan del poder, del paso del tiempo, de narcotráfico, de supervivencia, de temás, en definitiva, que resultan atractivos para la mayoría de los lectores, sin que importe mucho el lugar del planeta en el que se encuentren".
Álex x Álex
Nací en Vitoria en 1979 y estudié periodismo en el
País Vasco. En 2001, tras ganar un concurso de periodismo de
investigación, viajé a Bolivia para trabajar en un matutino local, donde
me desempeñé primero como redactor y luego como director del suplemento
dominical. A principios de 2007 me contrataron en el Semanario Pulso de
La Paz como editor de periodismo narrativo, cargo que ocupé hasta
finales de 2009. Y en 2010 fundé Pie Izquierdo, primera revista
boliviana de no ficción. Además, a lo largo de estos años he colaborado
con revistas como Etiqueta Negra, VQR y Paula. Y he completado mi
formación en talleres impartidos por Alberto Salcedo, Jon Lee Anderson y
Alma Guillermoprieto.
Les dejo un pequeño recorte de la descripción del proyecto en palabras de Álex: "Dice el periodista Julio Villanueva Chang que "para un cronista el mundo es una vitrina de valiosos desperdicios";
y que su trabajo consiste en "escarbar en él hasta tener la suerte de
encontrar dos cosas a las que en apariencia nada une". Asegura además
que el buen cronista es el que enciende la luz, el que cuenta no
sólo lo que sucede, sino también lo que parece que no sucede. Yo
añadiría que es a su vez aquel capaz de encontrar y escribir esas
historias que, como el buen vino, permanecen luego durante mucho tiempo en el paladar de la memoria".
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